Renunciamiento histórico
El 31 de agosto de 1951, Eva Perón anunció su renuncia a la vicepresidencia. Hace 74 años, en un emotivo discurso transmitido por cadena nacional de radio, Evita comunicó su decisión irrevocable de rechazar el honor que le habían ofrecido los trabajadores y el pueblo argentino: la candidatura a la vicepresidencia de la Nación, junto a su esposo, Juan Domingo Perón, para las elecciones de 1951.
Nacida el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, Evita era hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, una pareja no casada que tenía otros hijos. Su infancia estuvo marcada por la pobreza, el estigma social y la muerte de su padre. A los 15 años, se trasladó a Buenos Aires con el sueño de convertirse en actriz. Allí trabajó en teatro, radio y cine, logrando convertirse en una de las artistas más populares de su tiempo.

En 1944, conoció al coronel Juan Domingo Perón, quien era secretario de Trabajo y Previsión del gobierno militar. Se enamoraron y se casaron al año siguiente, tras el histórico 17 de octubre, cuando una multitud de trabajadores salió a las calles para exigir la liberación de Perón, quien había sido detenido por sus opositores. Este evento marcó el nacimiento del peronismo, un movimiento político y social que transformó la historia del país.
Evita acompañó a Perón en su ascenso al poder, primero como vicepresidenta y luego como presidenta de la Nación. Desde su posición como primera dama, se dedicó a defender los derechos e intereses de los sectores más desfavorecidos, a quienes llamaba “los descamisados”. Promovió la ley de voto femenino, la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, y trabajó en áreas como la educación, la salud y la cultura. Fundó la Fundación Eva Perón, que brindó asistencia a millones de personas a través de viviendas, hospitales, escuelas y colonias de vacaciones. También estableció el Partido Peronista Femenino, que organizó a las mujeres en la militancia política.
Evita fue una líder carismática que conquistó el amor y la admiración de las masas, aunque también enfrentó el rechazo de las élites. Su voz resonaba en los balcones de la Casa Rosada, donde inspiraba al pueblo con pasión y convicción. Su imagen se replicaba en retratos, estampas, canciones y obras de arte, convirtiéndose en un símbolo de justicia social y soberanía nacional.
Propuesta como candidata a la vicepresidencia por la CGT, el Partido Peronista Femenino y numerosas agrupaciones políticas, fue proclamada en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951, ante más de dos millones de personas. Sin embargo, Evita solicitó unos días para reflexionar sobre una decisión tan trascendental.
Finalmente, el 31 de agosto de 1951, comunicó su renuncia al pueblo, argumentando que su lealtad a Perón, su humildad personal y su sacrificio por la patria eran las razones detrás de su decisión. Su anuncio generó sorpresa, tristeza y admiración entre sus seguidores, quienes la respetaron y aplaudieron. Su renuncia fue un gesto de grandeza política y amor al pueblo, considerándola como la abanderada de los humildes.