evita

El 7 de mayo de 1919 nació la defensora de los humildes. Hace 106 años, en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, llegó al mundo María Eva Duarte, más conocida como Eva Perón o Evita. Su vida, aunque breve, fue intensa y dejó una marca indeleble en la política, la sociedad y la cultura de Argentina y América Latina.

Eva era hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, una pareja no casada que ya tenía otros hijos. Su infancia estuvo marcada por la humildad y las dificultades, incluyendo la pobreza, el estigma social y la muerte de su padre. A los 15 años, decidió mudarse a Buenos Aires con el sueño de convertirse en actriz. Allí trabajó en teatro, radio y cine, logrando convertirse en una de las artistas más populares de su tiempo.

En 1944, conoció al coronel Juan Domingo Perón, quien era el secretario de Trabajo y Previsión del gobierno militar. Se enamoraron y se casaron al año siguiente, tras el histórico 17 de octubre, cuando una multitud de trabajadores salió a las calles para exigir la liberación de Perón, quien había sido detenido por sus opositores. Así nació el peronismo, un movimiento político y social que transformó la historia del país.

Eva apoyó a Perón en su ascenso al poder, primero como vicepresidente y luego como presidente de la Nación. Desde su posición como primera dama, se dedicó a defender los derechos e intereses de los sectores más desfavorecidos, a quienes llamaba “los descamisados”. Promovió la ley de voto femenino, la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, así como la ayuda social, la educación, la salud, la cultura y el trabajo. Fundó la Fundación Eva Perón, que brindó asistencia a millones de personas a través de viviendas, hospitales, escuelas, colonias de vacaciones y otros beneficios. También estableció el Partido Peronista Femenino, que organizó a las mujeres en la militancia política.

Eva fue una líder carismática que conquistó el amor y la admiración de las masas, pero también enfrentó el odio y el rechazo de las élites. Su voz resonaba en los balcones de la Casa Rosada, donde inspiraba al pueblo con pasión y convicción. Su imagen se replicaba en retratos, estampas, canciones y obras de arte, convirtiéndose en un símbolo de justicia social y soberanía nacional.

Eva falleció el 26 de julio de 1952, a los 33 años, a causa de un cáncer de útero. Su muerte conmovió a Argentina y al mundo, dando inicio a un largo peregrinaje de su cadáver, que fue secuestrado, ocultado y profanado por sus enemigos, hasta que finalmente fue devuelto a su esposo y sepultado en el cementerio de la Recoleta. Su legado sigue vivo y continúa inspirando a las generaciones futuras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *