Documento a 97 años del nacimiento de la compañera Evita
Quizás el pueblo Argentino nunca sospecho, después de haber vivido sus horas felices a mediados del siglo XX, que podía retroceder a las condiciones de vida de la década infame. Lo cierto es que, tanto la dictadura como mas tarde el alfonsinismo, el menemato y la alianza, redujeron a la patria a una condición aún inferior a la de colonia.
A nadie podía ocurrírsele, en aquella época en que cada niño tenía su guardapolvo y sus zapatos nuevos, en que cada hombre podía soñar con una vejez digna, en que cada trabajador sabia que basándose en su trabajo y su esfuerzo podía llegar a tener su casa, mandar a sus hijos a la universidad, disfrutar de sus merecidas vacaciones, gozar de sus beneficios sociales y tener la salud de su familia asegurada, que apenas 50 años más tarde verían tan pisoteadas sus conquistas que ni siquiera les quedaría el mínimo derecho al trabajo.
Es impensable, inentendible, que en el país que alguna vez fuera el “granero” del mundo, los niños no solo ya no fueran los eternos privilegiados, sino que pasaran miseria y exclusión. Un hambre tan atroz que fue apoderándose de cada rincón de la patria; y mientras crecía la pobreza, estuvieron siempre aquellos, quienes continúan saqueando la Patria, llevándose los recursos, acrecentando sus fortunas personales a costa de un pueblo arrodillado y sumido ante la pobreza que ellos generan.
Durante estos años acorde con las políticas del banco mundial, se ha desguazado la industria, se regalaron las empresas que eran patrimonio Argentino, se ha vejado la soberanía nacional, se destruyo el sistema de salud pública, se aniquilo la educación básica y superior.
Esto lo han hecho los cipayos de siempre. La oligarquía vendepatria, la nueva burguesía financiera, los especuladores que apostaron al dólar, las multinacionales rapaces que vinieron a hacer su negocio sin importar el tendal que dejaban a su paso.
Es que ahí estaban, agazapados, como decía Evita: “Y saben que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatria, todavía no están derrotados. Desde sus guaridas asquerosas atentan contra el pueblo y contra la libertad.”
Los dichos esclarecidas de nuestra compañera Evita, preanunciaban la realidad feroz que le aguardaba a la patria. Y podemos leer hoy sus palabras con el mismo significado. Porque los traidores y cobardes aun están ahí, agazapados entre las sombras o actuando apenas disimuladamente y hoy llegaron al poder.
Pero en estos 12 años que pasaron se han topado con un gobierno que le devolvió al pueblo su dignidad. Y esos sectores apátridas no lo aceptaron alegremente. Perfeccionaron sus métodos: ya no necesitan imponer sus ideas por la fuerza. El capitalismo ha penetrado tanto en nuestras vidas que muchos han sustituido la justicia por el libre mercado. Preocupa más el precio del dólar o la cotización de la bolsa que la dignidad del trabajo y el derecho al libre tránsito que el derecho de comer.

Han cambiado los valores y las consignas que fueron bandera de todo un pueblo en lucha. Y además, tienen los medios de comunicación que actúan no solo como cómplices, sino como voceros de una ideología al servicio del capital.
Evita vio con total claridad cuál era el enemigo. Y sigue siendo el mismo, tal cual lo describía: “A Perón y a nuestro pueblo les ha tocado la desgracia del imperialismo capitalista. Yo lo he visto de cerca en sus miserias y en sus crímenes. Se dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia. Se proclama defensor de la libertad mientras ha encadenado a todos los pueblos que de buena o de mala fe tienen que aceptar sus inapelables exigencias.”
Pero Evita, tenía en claro que nada podía hacer el imperialismo sin cómplices vernáculos, tal cual lo expresaba a rajatabla: “Estén alertas. El enemigo acecha. Los vendepatria de adentro, que se venden por 4 monedas, están también en acecho, para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo se que estando el pueblo alerta, somos invencibles, porque somos la patria misma.”
La visión política que tenía Evita en referencia a los representantes de los trabajadores fue tan convincentes que sus palabras se hacen eco, también en la actual coyuntura: “Sobre todo a los dirigentes sindicales, hay que cuidarlos mucho. Se marean también ellos y no hay que olvidar que cuando un político se deja dominar por la ambición es nada más que un ambicioso; pero cuando un dirigente se entrega al deseo del dinero, de poder o de honores, es un traidor y merece ser castigado como traidor.”
Sus palabras, no necesitan ser actualizadas para desenmascarar a aquellos que hicieron con el hambre del pueblo una burocracia lumpen y conciliadora que han pactado y que han estado al servicio de los intereses foráneos, valiéndose de los poderes y los honores que el pueblo les ha otorgado. Evita es muy clara en su discurso en alusión a estos déspotas: “El poder y los honores seducen también intensamente a los hombres y los hacen ambiciosos… Empiezan a trabajar para ellos y se olvidan del pueblo. Esta es la única manera de identificarlos… El pueblo tiene que conocerlos y destruirlos. Solamente así, los pueblos serán libres… Porque todo ambicioso es un prepotente capaz de convertirse en un tirano.”
A 97 años de su natalicio, no solo nos quedan como guía su alma incansable, su fervor revolucionario, su vida intensa puesta al servicio de su pueblo, sino que también quedan sus discursos militantes, revolucionarios y demoledores, sus palabras contundentes y ayunas de toda ambigüedad, porque ella vive en cada rincón de la patria en la que muerda la injusticia, en cada voz que se alza contra la ignominia, en cada luchador popular, como estandarte y como bandera de la Patria liberada.
“Yo estaré con ellos para que sigan adelante por el camino abierto de la justicia y de la libertad hasta que llegue el día maravilloso de los pueblos.
Yo estaré con ellos peleando en contra de todo lo que no sea pueblo puro, en contra de todo lo que no sea la ignominiosa raza de los pueblos.
Yo estaré con ellos, con Perón y con mi pueblo, para pelear contra la oligarquía vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y de los mercaderes de los pueblos.”